Tras pasar a la siguiente ronda de la Conference League en Israel, el partido fuera de casa contra el Sparta de Rotterdam estaba programado para el domingo por la tarde. Resultó ser un partido con dos caras completamente distintas. Pero tras una buena segunda parte, el PSV se llevó merecidamente los tres puntos a Eindhoven.
Zahavipromete
Hace poco más de un año, el PSV ganaba 5-3 sobre el césped nevado del vacío Kasteel. Hoy, la nieve había dado paso a un cielo azul despejado y a una grada visitante bien abarrotada. El árbitro Jeroen Manschot dio el pitido inicial con el acompañamiento vocal de la afición visitante y la canción del club Sparta. En los primeros compases, los locales buscaron espacios por las bandas, pero la defensa del PSV se mostró impenetrable. En el otro extremo, fue Eran Zahavi quien realizó el primer disparo del partido. Cinco minutos más tarde, el delantero tuvo otra oportunidad, pero el guardameta Maduka Okoye rechazó su disparo. El Sparta de Rotterdam, por su parte, acechaba al contragolpe, pero apenas pasaba de la línea de medio campo.
Seguimiento físico
Con poco menos de media hora en el reloj, el PSV dispuso de un tiro libre en una posición prometedora. Olivier Boscagli logró poner en aprietos al guardameta del Sparta con su disparo, pero éste cumplió bien su cometido. Después, fue el Sparta el que, contra todo pronóstico, se llevó las copas del marcador. El partido tuvo una continuación un tanto desordenada. Se volvió mucho más físico, por lo que el juego se paralizó con regularidad. Como consecuencia, el PSV ya no pudo encontrar el ritmo que había tenido durante tanto tiempo. Hacia el final de la primera parte, sin embargo, volvió a crear peligro con varios centros. Mario Götze incluso pareció tener el balón delante, tras un centro de Noni Madueke. Sin embargo, el balón rebotó justo delante de sus pies, haciendo que su disparo se marchara por encima.
Nuevo impulso
Con Ritsu Doan para Yorbe Vertessen, el PSV arrancó la segunda parte. Delante de las narices de los fanáticos seguidores visitantes estaba la portería de Okoye, el lugar donde debían suceder las cosas durante los siguientes 45 minutos. Sin embargo, en los primeros compases, fue el equipo local el que se mostró peligroso. Ese ímpetu se invirtió cuando el espartano Arno Verschuren vio la roja en el minuto 51, tras aplastar a Eran Zahavi con una entrada especial. El PSV recuperó el control total del partido y sólo necesitaba convertir en gol el juego combinativo en torno a los dieciséis. Mauro Júnior se había tomado esa consigna al pie de la letra cuando, en el minuto 60, asestó un golpe demoledor desde el borde del área. El público estalló de júbilo y corearía el nombre del brasileño durante mucho tiempo. El PSV volvía a tener el partido completamente en sus manos.
Tormenta en El Castillo
El equipo del seleccionador Roger Schmidt abandonó Het Kasteel bajo un cielo despejado. Una tormenta que los locales no pudieron contener. Tras varias ocasiones, fue el suplente Doan quien se hizo con un balón perdido y disparó contra las cuerdas. Y así, el PSV había dado la vuelta por completo a la desventaja de la primera parte en menos de media hora. En los últimos compases del partido, todos los jugadores del PSV habrían aguantado la respiración cuando los Rotterdammers dispusieron de un remate de cabeza, pero Drommel no concedería otro gol en la segunda parte.