Inmediatamente después de la derrota en el Signal Iduna Park, el entrenador Peter Bosz y el capitán Luuk de Jong interpretan el partido. Ambos argumentan que el PSV estuvo muy bien en el partido tras un comienzo difícil, lo que hace que el resultado sea aún más difícil de encajar.
"Cuando algo es innecesario, resulta más duro que cuando te la juegan fuera. Obviamente, eso ocurrió en los primeros 30 minutos. No conseguimos presionar. Desde el momento en que jugamos uno contra uno, volvimos a controlarlo", dijo Bosz, que vio a un PSV diferente en la segunda parte. "Me pareció genial cómo jugamos la segunda parte, pero en el último balón, el pase más difícil del fútbol, es donde nos quedamos cortos. Al final, se trata de marcar y no lo hicimos. En ese sentido, tampoco estuvo tan mal, porque a veces sólo se trataba de centímetros".
El seleccionador se echa la culpa de la primera fase. "Les hice entrar en el partido de forma equivocada, por lo que no conseguimos dominarlo. Después, en un estadio con tanto ruido, es difícil trasladar los cambios al equipo. Así que eso llevó algún tiempo". Bosz está orgulloso de que su equipo estuviera tan cerca a pesar de ello. "Cuando los cuartos de final están al alcance de la mano es que algo estás haciendo bien. Tenemos un gran equipo. Es y sigue siendo una gran temporada".
Orgulloso
El capitán Luuk de Jong también lo sufrió considerablemente durante la rueda de prensa. "Estoy enormemente desanimado. Uno quiere ser decisivo, sobre todo en momentos como éste. Deberíamos habernos recompensado", declaró Luuk, para terminar con una nota positiva. "No obstante, estoy orgulloso del equipo, de cómo jugamos en la fase de grupos y de cómo estamos jugando aquí. Nunca me había divertido tanto en una temporada como este año. Seguimos haciendo una temporada muy bonita. Es una de las mejores selecciones con las que he jugado en el PSV. Creo que la organización del club puede hacer que tengamos buenas selecciones también en los próximos años".